domingo, 20 de junio de 2010

22 años desde aquella tarde



Con una vieja transistor a pilas, unas velas por si había apagón, mas un paquete nuevo de Hilton rojos, nos sentamos a escuchar recuentos definitivos, alternando la Chilena y la Cooperativa, debe haber sido casi la medianoche, o alrededor, abrimos la ventana prendimos uno de los puchos...nos concentramos en escuchar…¿ tu creís viejo que esto ahora resulte….?... No se hijo, me dijiste con voz dudosa, no se pero todo ha sido tan prometedor….te miro  mas allá de tus arrugas, mas allá de la noche, todavía puedo ver las profundas cicactrices que la tortura ha dejado en tu alma, esas que no se borran….nos volvemos a concentrar en la radio, es definitivo, lo dice Cooperativa, pero también lo confirman los gritos de alegría de tanta gente en las calles, por algunos segundos nos quedamos mirando fijamente, sonreímos y estallamos en un llanto que nos hermana, aunque somos padre e hijo, esas lagrimas, ese profundo abrazo nos hermanan, ahora con los años recuerdo mi inocente pregunta de los 18 años ¿y tu creís viejo que ahora resulte…?

domingo, 9 de mayo de 2010

No la conocí pero aun la recuerdo….

Hace años y durante algún tiempo trabajé en el Hospital Psiquiátrico El Peral, lugar del que se cuentan y donde aún ocurren muchas historias tenebrosas, no precisamente por sus pacientes…pero ese es otro cuento.
Durante un año y antes de trasladarnos a vivir al norte de Chile estuve fuertemente comprometido en mis tiempos y afectos con este lugar y sus usuarios. En ese contexto conocí a Gonzalo y más tarde a su madre la Señora Olivia.
Gonzalo permanentemente abandonaba el hospital para regresar a la casa de su madre, pacientemente ella cada vez que esto ocurría nos avisaba o lo acompañaba de regreso al hospital.
Gonzalo era uno de aquellos pacientes “rezagados” que el antiguo y añejo modelo biomédico en psiquiatría había definido como “irrecuperables” y que llevaba muchos muchos años residiendo en el hospital, lo que también es otro cuento….
Tratando de entender, en algo, lo que le ocurría a Gonzalo, en una oportunidad realicé el ejercicio de hacer el mismo recorrido que el hacía para trasladarse a la casa de su madre. En ese tiempo el Transantiago no aparecía ni siquiera lejanamente en el escenario, aún nos movíamos todos en las famosas micros amarillas.
El Peral está ubicado hacia el extremo sur oriente de la comuna de Puente Alto, la casa de la familia de Gonzalo está en Ñuñoa, él solo conocía una forma de irse desde El Peral a su casa, que esta era tomando una micro que lo dejara cerca del barrio Mapocho y desde ahí, cerca del Parque Forestal tomar otra que lo dejaba a algunas cuadras de su casa…en fin después de un par de horas logré llegar haciendo esa ruta.
En la casa de Gonzalo estaba esperándome su madre, la Señora Olivia, con ella pasamos una larga tarde de conversación acompañados por un par de tazas de café, gracias a Gonzalo y la Señora Olivia pude conocer a Cecilia, otra de sus hijas.
Cecilia era una joven trabajadora social que fue detenida y hecha desaparecer, previo paso por Villa Grimaldi, por los agentes de la dictadura de Pinochet en los 70´s, en el momento de su detención Cecilia estaba además embarazada, la señora Olivia y el resto de su familia nunca más la volvieron a ver, menos aún al hijo o hija de ella.
Solo han podido reconstruir a jirones, como miles de chilenos, los últimos momentos en los que alguien la vio con vida. Desde esa tarde admiro y llevo en un rincón de mi alma a la Señora Olivia, a Gonzalo, a Cecilia y por supuesto que su hijo. No puedo evitar pensaren ellos con pena y cariño, además de decir que aunque Nunca la conocí aún la recuerdo….

domingo, 4 de abril de 2010

Kwenda

Tengo un amigo….solía llamarse Roberto, pero hoy casi todos los que lo rodean lo llama Kwenda….si tuviese que abrazar a alguien para decirle con alegría ¡Resucitó! Ese sería el Kwenda….como en un cuento lo conocí hace mucho mucho tiempo, cuando en Chile todavía se respiraba algunos de los últimos aires de la feroz dictadura militar, y vaya que  Roberto de esos tiempos, sabía de esa ferocidad, lo comprendí sobre todo cuando nos tocó ser actores secundarios y testigos de cómo su padre regresaba de una tumba de arena solo para poder despedirlo.

Muchos de los que podrán leer estas líneas podrán recordar con que alegría Kwenda nos enseño sobre cantarle a ese Dios en el que todavía creíamos, a celebrar con esa Iglesia que aún no nos desgarraba, a acompañar desde el amor al prójimo liturgias y misiones…hoy día- hablo solo por mi- no me quedan fuerzas y menos ganas para caminar esas andadas, recuerdo con algo de nostalgia esas canciones paganas e incluso a veces las tarareo, en fin…escribo este pequeñito texto para aún y sobre mi cinismo, pesimismo y descreimiento saludar a alguien y saber que en Kwenda y espero que en otros mas como el, vive el fruto escondido por ahora de un futuro en el que el Reino de verdad,pero de verdad se comienza a construir entre los pobres para ser de los humildes…Kwenda si es verdad te abrazo porque dicen por ahí que Jesús, nuestro Jesús, RESUCITO

Pepe Suazo
Los ANgeles, Chile, en el atardecer de la Pascua de Resurrección del 2010

sábado, 13 de marzo de 2010

Primeras, Segundas y Terceras olas

Lo que nos trajo la ola del 17 de  enero 2010, a muchos, fue un efecto desconcertante en el amplio espectro del significado de esa palabra. Inundados por la inmovilidad pudimos leer, mirar, oír como personas que para muchos de nosotros representaban los peores recuerdos e imágenes de la dictadura regresaban para “hacerse cargo” del país, 20 años después cuando ya varios nos empinábamos la 3ª e incluso 4ª botella de vino de nuestra madurez, probablemente por lo mismo nos encontrábamos embriagados en nuestras breves y pequeñas vidas individuales….entonces de alguna forma la ola de enero 2010 junto con inundarnos nos refrescó, fue de alguna forma amable para ayudarnos a re encontrar aquello que antiguamente llamábamos necesidad de construir juntos nuestra sociedad. Juntamos rabia, la reconvertimos en necesidades, juntamos potencias, quisimos prepararla para saltar a las calles reales y virtuales para cuidar lo poco-nada que Chile había logrado en democracia y solidaridad durante las pasadas dos décadas…..Pero…abrupta, ruidosa, desatada y violentamente nos vinieron a golpear una segunda y una tercera  ola, el  27 de Febrero, ellas nos dejaron desnudos y con mas frío, sujetos a decisiones de una tierra y de un mar que no controlamos, fuimos vulnerables, estamos vulnerables…no puedo ponerme de pie si antes no digo necesito ayuda, necesito apoyo….el problema, o tal vez la oportunidad, es que esa ayuda debo buscarla en los corazones y en las manos de todos ustedes, mis amigos, mis hermanos, no me pidan que confíe en los que hace años mataron o aplaudieron a la muerte, no me pidan que crea en las consignas de reconstrucción de los que hace años destruyeron, saquearon y exiliaron, no me pidan, por que de las primeras, segundas y terceras olas debemos pararnos solo con nuestras propias manos, no con las del estado