Cuando murió Mercedes Sosa, hace pocas semanas atrás, una de las primeras frases que recordé o reconstruí en mi memoria fue que la avenida melancolía se nos empezaba a llenar de tumbas, no como un ejercicio masoquista en nuestra ciudad de pobres corazones (Fito dixit), si no que como adoquines que pueblan y construyen las andadas y andanzas.
Tuve la oportunidad de compartir con Carlos Eroles(ir a nota de la Universidad de Buenos Aires) en dos o tres oportunidades en mi vida y siempre en espacios de la más íntimas fogatas familiares, tal vez yo como un actor secundario de momentos de profundo encuentro de él con su hija Daniela, sus nietos Pazita, Magda, Nacho y con mi gran amigo Miguel. Más no por eso dejé de conocer más tarde sus enormes aportes y caminos construidos en el hacer y en la academia, en nuestro querido trabajo social y en la lucha desenfrenada por tener más y mejores oportunidades de ejercer nuestros derechos humanos.
Tal como contaba tuve pocas oportunidades de compartir con el directamente, mas he tenido casi toda una vida de compartir con Daniela y Miguel, así como con los hijos de ambos, desde incluso la prehistoria de esta gran historia de amor chileno argentina…entonces
¿Cómo no celebrar la vida de Carlos Eroles? Esa vida que insufló los aires del proyecto loco de unir a través del amor de pareja, de padres, de abuelos y nietos nuestros dos o múltiples pedazos de historia un poco en Buenos Aires, un poco en Santiago, pero con el paso de los años un poco regado por toda Argentina y por todo Chile…me imagino que estos momentos son de gran pena para todos los que he mencionado….en eso intentaré humildemente ser otra vez actor secundario pero compañero en la hora nona…
sin embargo queridos Nacho, Magdalena, María de la Paz, Miguel y sobre todo Daniela, intentaré e intentaremos honrar la memoria del cariño y el amor que pudieron compartir con Carlos durante todos estos años, quedará pendiente por ahora un abrazo cariñoso pero no tengan dudas que donde estén estaremos junto a ustedes…
Estas líneas las escribe el Pepe pero tengan la certeza de que en ellas también viajan Marcela, Manu, Jóse y Vicente
Los Angeles, 09 de Noviembre de 2009
Me sumo al sentimiento... conocí poco al papá de la Dani... pero sé que marcó positivamente la vida de muchas personas, partiendo por su hija y nietos.
ResponderEliminarPEPE, un gusto volver a leerte... sea para despedidas o sueños, todo vale
ah! te dejo la dirección de otro blog que sigo... es un chiquillo joven, un colega... a ver que opinas de su poesía, a mí me encanta
http://jackespeare.blogspot.com/